Que sí, que a todas nos gustan las flores, que nos cedan el paso y nos comprendan y mimen, pero lo cortés, de nunca, quita lo valiente. Y, que queréis que os diga, en los perfumes masculinos siguen usando andrógenos.
Con tanto cuerpo vigoroso en la televisión me acabo de acordar de un muchacho que tenía olvidado y que me ha costado las burlas de mis cultivadísimos amigos cada vez que saqué a relucir mi debilidad por él.
Atila existe. Es francés y se llama Sebastian Chabal.








Y antes de que os lancéis sobre mi cuello como perras rabiosas os diré que es un gran tímido, aficionado a la lectura, y tierno como un corderito con los niños.
Me lo pido.
3 comentarios:
yo no digo que no le echaría un jandepora a este muchacho, pero francamente del mundo del vello y brutismo yo más allás de un Figo (me lo pido) y de un Robbie (me lo archipido) pues como que no me pone ya tanto cormañonismo...
Pero tienes toda la razón... Abajo las cremas depilatorias y las barbas anuladas!! viva EL HOMBRE
Qué alegría! Me voy unos días a la playa y todo tipo de hombres me estaban esperando a la vuelta!
Una maravilla de hombres y sobre todo este último cañón bestial, me encanta!
madre mía!! nada de Atila este HOMBRE es LEONIDAS lo tengo claro... Por cierto que me encantó 300... cuanto sudor y cuanto músculo! OLE OLE y OLE
Voy a buscar más fotos!
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